Medialab Prado es uno de los centros culturales de referencia y reconocimiento internacional en lo que tiene que ver con la experimentación, la innovación ciudadana y la cultura libre. Y es un centro pionero -gracias al papel central que la mediación siempre ha tenido en el mismo, ya desde su propia denominación-, en el intento por acercar y hacer atractivas e inclusivas este tipo de prácticas a grupos cada vez más amplios y diversos de la sociedad.
Medialab Prado también es una institución municipal que ha sabido abrirse y resultar acogedora para una extensa comunidad mucho más allá de les vecines de Madrid, pero sin perder nunca el foco sobre la propia ciudad, sus retos, sus barrios y sus distintos grupos locales de interés. Una institución que, por si fuera poco, ha sido laboratorio de nuevas formas de relación e institucionalidad entre lo público y lo común, promoviendo la colaboración con-entre todo tipo de agentes (sociedad civil, empresas, centros de investigación y universidades, otras instituciones…).
Además, Medialab Prado es un centro que no se acomoda, que continuamente está en evolución, adaptándose a nuevas situaciones, gracias a la intensa y comprometida labor de su equipo de trabajo, pero también fruto de la implicación de toda esa amplia comunidad comprometida con el centro, su funcionamiento y programación. Algo que ha quedado patente en la situación derivada del COVID19, donde Medialab Prado, no solo ha hecho un importante ejercicio de adecuación de su programación a las cambiantes circunstancias, sino que más allá de eso, ha sabido atender lo emergente de la situación. Así, durante el confinamiento el centro se implicó de forma colaborativa con iniciativas tan relevantes como Frena La Curva; o después, ha impulsado junto al Ministerio de Cultura el programa Laboratorios Distribuidos, que se ha demostrado como todo un hito en la réplica y adaptación del modelo de “laboratorio ciudadano” que Medialab Prado lleva testando tantos años, a numerosos contextos y organizaciones de distintos tipo en toda España y en Latinoamérica.
Pero aún así, pese a ese aparente innegable éxito que debería hacer de Medialab Prado un indiscutible emblema para el Ayuntamiento de Madrid, esta semana llega una inquietante noticia que podría poner en cuestión el futuro del centro y su persistencia: el Ayuntamiento de Madrid no renueva en su cargo al director de Medialab Prado, Marcos García.
Esta no renovación, que podría ser interpretada como una simple señal de un incluso conveniente y positivo cambio periódico en las direcciones de los centros públicos, hace saltar las alarmas por varios motivos:
- El Ayuntamiento de Madrid -de forma legítima pero sin justificar de ningún modo el motivo de su decisión-, no renueva el contrato del actual director. Pero además, tras su cese, ha decidido no reincorporar a Marcos García ni al equipo del centro (al que ya pertenecía antes de su nombramiento como director), ni a ningún otro área de Madrid Destino. Deja así de contar en su plantilla con un trabajador con una contrastada experiencia profesional, que ha demostrado a lo largo de muchos años y con gobiernos municipales de distinto tipo, no solo su notable capacidad, sino su indudable compromiso con la generación de valor público.
- Esta no renovación no viene en cambio acompañada de la puesta en marcha de ningún proceso para su sustitución, dejando a Medialab Prado a partir del 31 de enero con un vacío en su dirección, sin plazo ni procedimiento administrativo para que esto se resuelva. Esto, puede evidenciar una clara dejación institucional y carencia de planificación organizativa; o lo que puede ser incluso más dañino, un ocultamiento de las intenciones del Ayuntamiento respecto al futuro de Medialab Prado. Un posible cambio de intereses, ya sean programáticos o inmobiliarios, que no es algo nuevo, sino que en ocasiones anteriores ya ha sobrevolado amenazante ese futuro de Medialab Prado (como por ejemplo en 2014, cuando el gobierno municipal de Ana Botella pretendió ceder a Telefónica el edificio en el que se ubica el centro, algo que tuvo una importante respuesta mediante la campaña #SaveTheLab y se logró neutralizar).
- Y quizá lo que puede ser más grave en esta situación, es que todas estas decisiones se toman de forma opaca y unilateral por parte del Ayuntamiento de Madrid, sin contar de ninguna forma (ni decisoria, ni consultiva, ni tan siquiera informativa) con esa comunidad que conforma Medialab Prado y que es en gran medida uno de sus principales valores y activos, su verdadero componente constitutivo.
Ante estos preocupantes síntomas, esa comunidad de comunidades que habita y conforma Medialab Prado, es urgente que se movilice para reclamar respuestas y hacer propuestas al Ayuntamiento de Madrid. Frente al silencio y la falta de transparencia administrativa no puede dejarse pasar un minuto, porque si no, cuando nos demos cuenta puede ser ya demasiado tarde, las decisiones estén tomadas y el posible desmantelamiento de lo que Medialab Prado es hoy, sea ya una realidad irremediable.
Pero a la vez que se aborda esta situación de urgencia, es importante abrir un necesario debate-trabajo que trate este tipo de circunstancias, que más allá de la situación actual de Medialab Prado, afectan a tantas entidades que llevan años intentando redefinir sus modelos de gobernanza implicando de distintas maneras a sus usuarias y comunidades; buscando relaciones fructíferas entre lo público y lo común (y entre lo común y lo público); ensanchando los límites de la función pública a través de formas de co-responsabilidad y subsidiariedad entre agentes diversos. Sin ir más lejos, esta peligrosa tibia indefinición en la que se encuentra Medialab Prado, se evidencia con otras acciones del Ayuntamiento de Madrid como parte de un proyecto político de ataque a lo común y ciudadano, como por ejemplo sucede ahora mismo también con la no renovación del acuerdo de cesión del Espacio Vecinal de Arganzuela (EVA).
Somos conscientes de que esta problematización de las convenciones institucionales es algo que resulta incómodo para un tejido institucional con un marcado carácter intervencionista y paternalista, instalado en la inercia y con un entendimiento muy limitado de lo que podría ser la gestión y propiedad de lo público (cuando no con una clara deriva hacia su privatización y desmantelamiento). Y también es algo complejo de abordar para las propias comunidades afectadas, muchas veces también acostumbradas a un rol más reactivo o demandante; y en general demasiado débiles-líquidas como para forzar-sostener esa problematización sin que sus capacidades se vean desbordadas. Pero este debate resulta de vital importancia en un momento como el actual, en el que lo público precisa más que nunca reforzarse y renovarse para acometer los complejos retos que tenemos por delante.
¿Tiene el Ayuntamiento de Madrid algo que decir sobre esta preocupante situación respecto a un proyecto tan social y culturalmente relevante como Medialab Prado?
¿Tiene el Ayuntamiento de Madrid unas políticas públicas definidas en relación con la innovación cultural, social y ciudadana?
¿Está la comunidad de Medialab Prado preparada para enfrentarse a esta situación que amenaza su persistencia?
¿Podemos abordar un debate que más allá de esta situación coyuntural ayude a avanzar en nuevas formas de gobernanza entre lo público y lo común?
¿Cómo lo hacemos?
#QuePasaEnMedialabPrado
Adolfo Chautón, Alberto Flores, Claudia Delso, David Pérez, Efraín Foglia, Ibai Zabaleta, Javier Ibáñez, Javier Vázquez, Josian Llorente, Laia Sánchez, Natalia Balseiro, Patricia Horrillo, Paz Sánchez, Ricardo Antón, Rubén Domínguez, Susana Moliner, Xavier Domínguez participantes de la Red de agentes para la articulación del Ecosistema de Innovación Ciudadana